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España en estado de alerta máxima

LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO


Los estrechos vínculos entre yihadistas franceses y españoles alarman a Interior


Policía y Guardia Civil han detectado en los últimos meses fuertes conexiones entre radicalistas islamistas asentados en nuestro país y los del otro lado de la frontera. Los aeropuertos españoles han servido de puerta de salida para viajar a Siria, vía Turquía, a terroristas y sus familias.

No es sólo la cercanía geográfica, la existencia de una simple frontera en la que ya no hay que enseñar el pasaporte. Las Fuerzas de Seguridad españolas y francesas han detectado en los últimos meses numerosos vínculos entre los yihadistas asentados en ambos países. La última vez fue hace sólo unos días, cuando la Policía arrestó en Madrid a tres presuntos terroristas, uno de los cuales había estado en contacto con el autor del intento frustrado de atentado en un tren francés el pasado verano. No es la única. Desde los atentados contra la revista Charlie Hebdo y el supermercado 'kosher' de París del pasado mes de enero, ha habido, al menos, otras dos estrechas conexiones detectadas.


La última de esas vinculaciones detectadas la detalló el juez Fernando Andreu en el auto que dictó el pasado 5 de noviembre para enviar a prisión a los tres yihadistas que unos días antes había detenido la Policía en la Comunidad de Madrid. En dicho documento, el magistrado hacía referencia a que uno de ellos, Yassin el Mourabet, al que sitúa en "la parte más alta" de la 'célula' desarticulada, tenía relación con el presunto autor del intento del atentado del pasado 21 de agosto en el tren de alta velocidad que hacía el recorrido Amsterdam-París y que fue interceptado por los pasajeros del convoy. Sólo dos días después de aquel arresto, el 23 de agosto, El Mourabet recibió una llamada en la que su interlocutor le informaba de que "el detenido en Francia como presunto autor de la tentativa de atentado terrorista era su amigo Ayoub [El Khazzani]".


En dicha conversación, el presunto jefe de la célula española no negó la relación atribuida por su interlocutor. Se limitó a decir que a Ayoub "le habían cargado el muerto". El juez destaca que tras aquella llamada, El Mourabet decidió cerrar el perfil que utilizaba en las redes sociales para estar en contacto con miembros del Estado Islámico, un detalle que el magistrado considera muy significativo del "grado de aceptación de las consignas impartidas" por la organización yihadista. El jefe del grupo y sus dos compañeros permanecen en prisión como integrantes de "una red yihadista radical operativa en España y disponible tanto para cometer atentados como para cumplir" con lo que necesitara el DAESH "en su estrategia global".


La pista de Varsovia


También muy significativa es la relación que detectó la Guardia Civil entre un yihadista marroquí residente en Torrevieja (Alicante) que fue detenido en junio en Varsovia (Polonia) cuando regresaba a nuestro país después de luchar en Siria y un ciudadano francés que fue arrestado meses después y que confesó que su objetivo era atentar contra salas de concierto, objetivo de los atentados de este viernes en París. Según los expertos antiterroristas del Instituto armado, ambos habían coincidido enRaqqa, bastión de Estado Islámico y capital de su autoproclamado califato y estaban bajo las órdenes del mismo líder del DAESH. De hecho, los dos, que contaban con "experiencia de combate", seguían el mismo trayecto de regreso a sus países: Turquía, Polonia, República Checa y Holanda.


En agosto pasado, Francia detuvo gracias a la información de la Guardia Civil a un 'retornado' de Siria que quería atentar contra salas de fiestas de París.


El que se dirigía hacia España, y que responde a las iniciales A.A.E.K., fue interceptado en el aeropuerto de la capital polaca tras aterrizar el avión que le trasladaba desde Serbia. Había sido detectado por los expertos antiterroristas de la Guardia Civil, que pidieron su arrestó a las autoridades de Varsovia. Una vez detenido, confesó la inminente llegada de otro terrorista a Europa procedente de Siria que tenía como destino Francia. España trasladó esta información a las autoridades galas que el 11 de agosto capturaron en París a Rade Hame, un ciudadano francés de origen marroquí que reconoció su intención de cometer atentados que provocaran un alto número de muertes. Hame no tenía antecedentes. El detenido en Varsovia, que está ingresado en una cárcel española, no ha admitido en ningún momento que el tuviera los mismo planes, pero los expertos del Ministerio del Interior no lo descartan.


La huida de familiares


También Amédy Coulibaly, el yihadista que el 8 de enero mató en París a una policía municipal y a cuatro clientes de un supermecado de comida judía, tuvo relación con España. Este terrorista se trasladó cuatro días antes de aquellos atentados a nuestro país a bordo de un vehículo de alquiler junto a su esposa, Hayat Boumeddiene, su hermano y la mujer y el hijo de éste con el único objetivo de que éstos pudieran tomar un avión con destino a Turquía y, desde allí, entrar en territorio controlado por el Estado Islámico en Siria. Coubilaly cruzó la frontera en las primeras horas del 2 de enero y, tras dejar a sus cuatro familiares en el aeropuerto de Madrid junto al ciudadano francoargelino Mehdi Sabri Belhoucine, hermano de un condenado en 2014 en Francia por reclutar a combatientes para el EI y que fue quien ayudó a los cuatro a cruzar las fronteras en su huida, emprendió el camino de regreso a Francia. El día 6 de enero, dos días antes de que disparase mortalmente contra una agente en las calles de la capital francesa, devolvió el vehículo a la empresa parisina a la que se lo había alquilado. Cuando tuvo constancia que la familia estaba en Siria perpetró el atentado.


Los aeropuertos de Madrid y Barcelona han sido utilizados por familiares de dos yihadistas franceses para huir a la zona controlada por el Estado Islámico en Siria


Aquel viaje relámpago para poner a salvo a su familia provocó que el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Eloy Velasco, abriera una investigación para saber si hubo alguna persona que ayudara a los cuatro familiares del yihadista y a éste durante el tiempo que estuvieron en España. El magistrado también quería conocer detalles sobre las posibles andanzas en nuestro país de Mehdi Sabri Belhoucine, el 'pasador', convencido de que no era la primera vez que realizaba esta función desde Madrid. Las pesquisas de Policía y Guardia Civil no encontraron ningún dato que confirmara que Coulibaly hubiera sido ayudado por residentes en España. De hecho, tras rastrear los registros de hoteles y pensiones tampoco hallaron indicios de que el terrorista o su familia hubieran pernoctado en la capital española. No localizaron nada con sus nombres originales y descartaron que hubieran utilizado documentación falsa ya que no la necesitaban porque nadie les buscaba y, además, la mujer mostró su pasaporte original para subir al avión.


Este camino de huida de familiares a través de nuestro país no era, sin embargo, nuevo. En 2014 también había utilizado la 'ruta española' Souad Merah, hermana de Mohamed Merab, el yihadista que en marzo de 2012 asesinó a seis personas en Toulouse y Montauban. La mujer utilizó el aeropuerto de Barcelona el 9 de mayo del año pasado para tomar un vuelo con rumbo a Estambul junto a sus hijos de 14, 10 y 3 años, así como de un bebé de 9 meses. Una vez en la urbe turca, cogió otro avión rumbo a Gaziantep, una ciudad turca cercana a la frontera siria. Su objetivo, reunirse con su pareja, Abdel Wahed, quien llevaba entonces varios meses combatiendo en las filas del Estado Islámico.


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